EL CUCHITO
(Inspirada
en una historia real)
Hace
mucho tiempo atrás, en un país muy parecido al nuestro, los padres
del pequeño Juan, en un acto muy emotivo, recibieron un regalo
inusual, una alcancía de plástico en forma de cerdo, con unas
cuantas monedas dentro, como un símbolo que para alcanzar un futuro
estable era necesario sacrificar un poco, y que mejor manera que
hacerlo de una manera divertida junto a su hijo, y de paso se le daba
las primeras lecciones de previsión de vida.
Lo
primero que hicieron fue bautizarle, al preguntarle a su hijo de dos
años, por el nombre que debería tener, sin pensarlo dijo: -El
Cuchito Feliz, la regla era bien simple, para que el cuchito este
siempre contento debe comer todas las semanas, si no lo hace se
entristece, se puede enfermar y hasta se nos puede morir.
-
Así que será tu deber acordarnos de que debemos de alimentarlo, le
espetó su padre. - y que come? - preguntó intrigado el pequeño
Juan. - Monedas, come Monedas y hay que ponerlas dentro de este
agujero, respondió su Padre, mientras le señalaba el agujero en la
espalda del cerdito de plástico. - Y a veces Billetes!!!. -Grito su
madre a lo lejos mientras tendía la ropa.
El
pequeño Juan, se tomó muy en serio su papel, y todas las semanas
les recordaba a sus padres de alimentar al cuchito con monedas,
algunas veces, comía poco, a veces se hartaba en monedas, pero y en
ocasiones hasta billetes de todo tipo de colores y denominaciones, el
hambre del animalito parecía insaciable, ya que pasaban los meses y
nunca se vislumbrara su llenura.
El
pequeño Juan, le encantaba tomarlo entre sus manos y sonarlo como si
fuera un par de maracas, sus padres, le decían dejalo que se va a
marear, acuérdate que acaba de comer, el sueño en común de toda la
familia era alcanzar a llenar la barriga del cuchito, para poder
abrirlo y gozar de los beneficios de todo lo ahorrado.
Un
par de años pasaron y sin querer, al pequeño Juan se le olvidó
continuar con su tarea de recordar a sus padres que debían darle de
comer al cerdito, y los padres por atender lo urgente, olvidaron lo
importante, y el pequeño cerdito, así como el plan de previsión
que habían deseado un día quedó olvidado entre los cajones del
armario.
En
una de las festividades del año, la familia abandonó el hogar para
pasarla en casa de los abuelos, mientras disfrutaban de la algarabía
de la celebración, desconocidos ajenos a su hogar lo irrumpían,
llevándose todo lo que encontraban en su camino, efectivo, joyas y
otros artículos, dentro de los cuales, que creen? Correcto se
llevaban al cuchito.
Todo
el esfuerzo realizado había sido en vano, esta familia nunca previó
que pudiera perder de esta manera sus ahorros, creyó que su casa
sería el lugar mas seguro para cuidarlos y proteger sus ahorros y
tristemente se equivocaron.
Que
tal si en vez de un cuchito, le ponemos cualquier otro nombre y te
pregunto a ti donde estas guardando tu esfuerzo? Como lo estas
protegiendo? Con quien lo estas protegiendo? Tienes una verdadera
cultura de Previsión de Vida? Si tu sientes que estas preguntas no
tienen solidas respuestas, permíteme unos minutos de tu tiempo y
ayúdame a ayudarte a evitar que la historia del cuchito sea la tuya.
Escribeme
un correo a marcelo@huezo.com y agendemos una cita para reescribir tu
historia.
Saludos,
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